Una trabajadora responde a Miquel Puig, de La Vanguardia
"Sr. Miquel Puig, su artículo me suscita toda una serie de reflexiones. Ciertamente, la opinión pública no podría entender la construcción de un nuevo centro penitenciario por el número de plazas libres de los penales, es obvio, pero quizá sería necesario explicar que los presos preventivos precisan de un modelo de actuación específico, como así lo recoge el Pla Director d' Equipaments Penitenciaris 2013-2020 que el propio Departament de Justícia realizó.
La situación de un preso preventivo nada tiene que ver con la situación de un preso penado, podríamos hablar de la Ley General Penitenciaria y el Reglamento que la desarrolla, podríamos hablar de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los Reclusos (Reglas Nelson Mandela) y cualquier normativa que recoge ese principio básico, pero creo que acabaríamos inundando de artículos lo que pretende ser una explicación sencilla de la realidad. Es fácil comprender que es necesario minimizar los efectos negativos de la entrada en prisión de una persona, sobre todo si se trata de un preso primario en el medio penitenciario, en cuyo caso se encuentra en una situación de especial vulnerabilidad y estrés. Hay aspectos que deben tenerse en cuenta en todo lo relativo al preso preventivo para evitar al máximo el desarraigo de su entorno familiar y social.
No se trata de la comodidad de un grupo de trabajadores a quienes les da pereza coger el coche para desplazarse 40 kilómetros, esa es quizá una visión reduccionista de la realidad. Se trata de dar cobertura a un número de presos, con una problemática específica y que en un centro de penados no tiene ninguna oportunidad. Porque a nivel logístico, la distancia a los juzgados es un problema, cierto, pero también lo es para las familias que acuden semanalmente a confortar al preso, lo es para el colectivo de abogados, de voluntarios, de profesionales de todos los ámbitos que se acercan a diario a la prisión Modelo y que lo tendrán muy difícil con el alejamiento. La Modelo es un prisión cuyo cierre deseamos todos, todos. Porque crean que no es fácil trabajar en aquellas condiciones, y no sólo porque se trate de un centro obsoleto que ha sido desatendido y olvidado durante décadas, sino además porque sobre el colectivo de profesionales ha planeado una herencia de la que no somos responsables, ni actores, ni protagonistas: sólo somos trabajadores que hacemos nuestro trabajo de la mejor manera que sabemos.
Quizá en algún momento de bonanza se construyeron centros de penados calculando un ascenso en aquella dirección, pero la realidad es otra y es que Barcelona necesita un Centro de Preventivos para responder a una demanda concreta, con una realidad específica, y no abocar a los presos preventivos al ostracismo más absoluto."
Una trabajadora del centro de preventivos La Modelo